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Obituario para nuestro colega Dr. Horst Friedrich

El 25 de diciembre de 2015 murió nuestro estimado colega Dr. Horst Friedrich, investigador y escritor infatigable hasta el último momento, a la edad de 84 años, después de un corto sufrimiento en el hospital de Landsberg en Baviera, cerca de su residencia. Este científico influente para nuestra investigación cronológica también se expresaba en inglés y en francés. Intento ponerle un pequeño monumento con las siguientes líneas.

Las demandas básicas de Friedrich eran las siguientes: Para un pensamiento libre de prejuicios, como debe ser la ciencia en general, es indispensable un nuevo enfoque que permite la diversidad en la investigación, incluso en nuestras universidades. Una discusión seria de los eventos de catástrofes cósmicas, la sacudida de la Tierra desde el espacio – idea que introdujo en el debate, por ejemplo, el ingeniero Otto Muck – y el derrocamiento del concepto de tiempo en la geología, diseñada por el paleontólogo Edgar Dacqué, deben ser incluidos en el debate académico.

Friedrich dio prioridad a la cuestión de si nuestra historiografía (al menos para determinados períodos de tiempo) realmente cumple con los criterios del método científico, o si equivale más bien a una novela histórica de ficción en la que los hechos alegados pertenecen al mito. Hasta el momento se busca en vano un trabajo de análisis de la génesis y evolución de la historiografía.

Los trabajos pioneros de los nuevos críticos de la cronología no deben ser descartados rápidamente como tonterías; deben ser, al contrario, tomados muy en serio, exigió Friedrich.

Está claro, sin embargo, que el nuevo esquema que proporciona nuestra visión de la Historia todavia no ofrece una reconstrucción histórica útil. Que es lo que nos interesa a todos. Sin embargo, será necesario, dijo Friedrich, que antes de esta segunda etapa (la reconstrucción histórica) haya una etapa de investigación en la que averigüemos en qué etapas se fue creando la Historia que actualmente aceptamos como cierta, y qué autores lo hicieron. Lo más urgente ahora será escribir una Historia de la historiografía.

Una de las prioridades de investigación de Friedrich era la línea divisoria entre la prehistoria y la historia, la transición de las culturas analfabetas a las civilizaciónes con escritura. El vasto mundo megalítico que existía en los paises de la costa atlántica europea, desde Marruecos hasta el sur de Escandinavia, era uniforme en todo este espacio, al menos en el campo de la espiritualidad. En este sentido, por tanto, se puede hablar de una “primera religión mundial” (que corresponde a lo que el abajo firmante llamó en 1977 “misión global”, concepto citado por Friedrich en varias ocasiones). Esta civilización tenía un vasto conocimiento en los campos de la astronomía, topografía, matemática, la geomancia y “geometría sagrada” lo que es evidente por la construcción y disposición de los monumentos megalíticos.

Otro punto central de su ocupación fue el conocimiento del catastrofismo. Para mejor explicar su tesis cito su ensayo “Una visión alternativa de la historia” (en Bipedia 14, 1997) en el que propone que en vez de nuestra teoria escolástica que postula un millón de años de duración para la edad glacial, en realidad basta un máximo de unos pocos milenios, ya que la enorme duración es un espejismo creado por una acumulación de cataclismos del tipo de impacto o de dislocación polar de la tierra. En 1997, Friedrich publicó su idea de la edad glacial en un libro: Falacia del siglo – Edad glacial. Fue apreciado por sus colegas y criticado por los opositores, por ejemplo, por Gunnar Ries (2000).

Friedrich siempre abría la vista hacia nuevos enfoques, evaluándolos críticamente. En su reseña del segundo libro de Alexander Tollmann (véase el texto en Atlantisforschung.de 04/24/2007), Friedrich, a pesar de su evaluación benevolente, aclara que de hecho es difícil lograr certidumbre en las ciencias. Tanto que el respetado neocatastrofista Alexander Tollmann sigue siendo sorprendentemente “ingenuo” en su obra autobiográfica, apunta Friedrich. Señala que no es correcto tildar – como hace Tollmann – al “padre” carismático y erudito del neocatastrofismo, Immanuel Velikovsky, de „periodista del castatrofismo“ (p. 213) y describir su escenario de encuentros entre planetas como una fantasía de efecto publicitario (p. 445), mientras el mismo Tollmann se considera a si mismo representante infalible de la absoluta precisión, casi matemática, de la ciencia (p. 10). Tollmann debería abstenerse de tal soberbia frente a la incertidumbre que todavia reina en este campo, subraya Friedrich. Un conocedor de la “ciencia de la ciencia” sólo puede sonreír ante similares patinazos, concluye.

Y así estamos de vuelta a la crítica no insignificante que Friedrich tambien aplica al nuevo libro de Tollmann: Una vez más, se crea la impresión de que el escenario de Tollmann tendría una infalibilidad y perfección no sólo en su principio sino también en todos los detalles pertinentes, incluidos las – francamente impresionantes – dataciones “exactas”, concerniendo la ruptura del núcleo de un cometa que se partió en exactamente siete fragmentos (aparte de pedazos más pequeños). Hasta que realmente lleguemos a tales resultados con ciertas garantías, faltan sin duda mucha investigación y muchos años de trabajo.

Friedrich siempre estaba abierto a una amplia gama de ideas y a veces incluía en su discurso fuentes dudosas, sin ser lo suficientemente prudente de desechar falsificaciones o resultados de excavación improbables como los de Glozel o Burrows Cave. En este sentido, compartía cierta credulidad voluntariosa con el investigador Kurt Schildmann (1909-2005). Por otra parte, es precisamente esta tendencia de estar abierto a las ideas inusuales, lo que permitió abrir nuestros caminos de investigación, integrando incluso campos espirituales como la alquimia y el yoga, campos cuya exclusión significaria cierto empobrecimiento. Todavía no sabemos hasta qué punto las relaciones planetarias influyen en los metales, un conocimiento que de hecho fue utilizado en el pasado, pero ahora se tilda generalmente como “no científico” y se desecha.

En la presentación del Premio Barry Fell 2008 apareció una edición del Midwestern Epigráfic Journal (n. ° 22) concebido como homenaje a Friedrich. Entre las numerosas felicitaciones también aparece una colaboración del abajo firmante. (Ver  aquí el texto en inglés) Para conocer más detalles de la vida de Friedrich y una lista de sus publicaciones casi completa, uno puede dirigirse a la web Atlantisforschung.de de Bernhard Beier.

Algunas publicaciones der Horst Friedrich:
(1985): Le Graal et l’Enigme de ses Origines Européennes, in: Mediterranea No.19 (Revista dirigida por Jacques Touchet, Carcasona, Francia)
(1987-1989): La Tradition et ses diverses Expressions: Lien ancestral vivifiant des Civilisations méditerranéennes?, in: Mediterranea No.27-33 (Carcasona)
(1991): Néo-Catastrophisme, Chronologies comprimées et quelques Réflexions relatives au sujet, in: Mediterranea No.44 (Carcasona, Francia)
(1997a): Einer neuen Wissenschaft den Weg bahnen! (Hohenpeißenberg, Alemania)
(1997b): Jahrhundert-Irrtum “Eiszeit”? (Hohenpeißenberg)
(1997c): Alchemie: was ist das? (Hohenpeißenberg)
(1999): “Zur Notwendigkeit einer Geschichte der Geschichtsschreibung” (Giordano-Bruno-Stiftung, Heft 30)
(1998): Erdkatastrophen und Menschheitsentwicklung – Unser kataklysmisches Urtrauma (Efodon, Hohenpeißenberg, Baviera)
(2001): Did some Worldwide Great Natural Catastrophe Befall Our Planet as late as sometime during the Renaissance? – in: Midwestern Epigraphic Journal (MEJ), 15, pp. 119-122 (EEUU)
(2007): Velikovsky, Spanuth und die Seevölker-Diskussion: Die Abwanderung atlanto-europäischer Megalith-Völker in den Mittelmeerraum (1990; nueva edicion, Greiz)
(2014): Rezension Thor Heyerdahl: Tigris (Atlantisforschung.de)

Uwe Topper, Berlín · 2015

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